BE SIMPLY MY FRIEND.
>> 29 abril 2011
«Lo bueno, si breve, dos veces bueno»
Baltasar Gracián.
Sé que no es una cita novedosa, que por todos es conocida y que ninguno se salva de haberla dicho (almenos una vez en su vida). Pero como dice el refrán “lo cortés no quita lo valiente” y, todavía hoy, vale su peso en oro.
Sinceramente, creo que uno de los verbos más complicados del diccionario es simplificar. Llevarlo a cabo, sea en el ámbito que sea, es difícil. Veamos algunos ejemplos: encontrar la ruta más fácil y rápida para llegar a un lugar, hacer un buen plato con el menor número de ingredientes (y no me refiero a freír un huevo, sino a cosas más de moda como la cocina de deconstrucción), construir un objeto con pocos recursos...incluso entenderse en algo tan tópico como son los temas del amor, en los que lo más simple suele resultar de lo más complejo.
La simplicidad debería ser una constante, tanto en el ambiente personal (tal vez así dejaríamos de darle demasiadas vueltas a todo) como en el laboral.
Hace unos años llegó a mis brazos un libro. Os aseguro que, por aquel entonces, nunca pensé que podría llegar a sacarle tanto partido. Me marcó y, aunque se trata de un libro de metodología proyectual, las palabras su autor, Bruno Munari (1983:134), son extrapolables a otros contextos. Dice así:
“Simplificar es un trabajo difícil y exige mucha creatividad. Complicar es mucho más fácil, basta añadir todo lo que se nos ocurrra sin preocuparnos de si los costes van a superar los límites de venta, de si se emplea más tiempo, y cosas por el estilo. (...) el público es más propenso a valorar el “mucho trabajo” manual que requiere realizar una cosa complicada, que a reconocer el “mucho trabajo” mental que requiere la simplificación, ya que además no se vé”.
Teniendo como referente el pensamiento de Munari, os situo en una contexto habitual en nuestro ámbito: el profesor plantea un trabajo que debe ocupar 30 páginas pero, a la hora de entregarlo, más de uno supera el límite (lo doblan, vamos). Aquí es cuando os pregunto yo ¿menos no es más? Cierto es que al ver más páginas todos pensamos que se ha trabajo mucho...pero es probable que haya requerido “poco trabajo” mental. Un trabajo que muchas veces no se valora en el ambiente escolar, pero debería estimularse porque marcará nuestro trabajo en un futuro. Si alguien tiene dudas al respecto, que piense en lo que probablemente nos encontraremos dentro de dos dias:
¿No nos resultará más complicado explicar los “50 beneficios” de un producto en 3 palabras que en 47?
No olvidemos que la publicidad y la simplicidad van de la mano. Keep It Simple, Stupid!
G.Catulo
Bibliografía:
MUNARI, B. ¿Cómo nacen los objetos? Apuntes para una metodología proyectual. Barcelona: Editoria Gustavo Gili SL, 1983.
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